Felipe Galvan
Propuesta en monólogo
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Felipe Galvan Propuesta en monólogo
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I Un hombre con seis manzanas ante él. Las coloca en un soporte frente al público. Saca una jeringa y una botella de líquido ocupada por una sustancia. Las pone delante de las frutas. Acto seguido saca una libreta pequeña, un lápiz y, reflexionando, comienza a hablar. EDÉN.- Estas manzanas son iguales. Pero decirlo de esa manera es un error desde el punto de vista científico. Cada uno de estos ejemplares de frutos, corresponde a una manifestación alterada para bien. Es como un milagro, pues no ser y aparentar que se es, es un efecto, no una condición. Toma una manzana. La muestra, la acaricia, la mira con intensidad. EDÉN.- Esta es la sana. Su frescura en la piel, su consistencia, su dureza y, seguramente, su sabor, no dejan duda alguna de la juventud del ejemplar. La pueden ver, tocar, someter a los exámenes de contenido acuoso. Todo coincidirá con las medidas exactas que tiene una fruta recién cosechada, pues es una fruta recién cosechada. Lo interesante es que sucederá lo mismo con absolutamente todas las demás; estas otras cinco que no están recién cosechadas. Toma las otras cinco, una a una, y las muestra, las acaricia y las mira con intensidad. EDÉN.- Ninguna pertenece a la cosecha de la primera. Aquella, la primera, es de la cosecha de hoy, de éste día. La segunda tiene dos meses de cosechada, la tercera cuatro, la cuarta seis, la quinta ocho y la sexta diez. En cada caso las maduraciones fueron las mismas, los manzanos habitan en los mismos lotes, los cortes se hicieron con similitud de metodología y los cosechadores fueron la misma persona. En concreto, se controlaron todas las variantes para sólo medir el tiempo de conservación en cada corte con la inoculación de nuestra fórmula hipotética para el aumento temporal de la juventud. Muerde la primera, la disfruta. Muerde la segunda, la disfruta igual. EDÉN.- El sabor es el mismo. Muerde la primera, muerde la tercera. EDÉN.- La de cuatro meses sabe igual que la recién cosechada. Muerde la primera, muerde la sexta. EDÉN.- La de diez meses parece ser la cosechada hoy. Apunta en su libreta una serie de anotaciones que parecen reformular las observaciones. EDÉN.- La vida de las manzanas cosechadas entre el día de hoy y la de hace diez meses muestran las mismas características, si de sabor se trata. Una de las manzanas sin morder es tomada por la mano de Edén, la sopesa, la hace saltar, la mira con intensidad. EDÉN.- ¿Me equivoqué de conclusión? No, seguro que no. La vida puede conservarse en el caso de las frutas. Las frutas son seres del reino vegetal. La piedra filosofal puede extenderse a las expectativas de los vegetales como la manzana. Lo hemos mostrado. Habrá que extender esto en el tiempo, las investigaciones deben continuar. Ya lo hacen mis ayudantes. Las respuestas parecen interesarles bastante a la barra de industriales de los alimentos. Para ellos trabajará mi ayudante que me informará y les informaré, estimados señores. A mí dejó de preocuparme tal cuestión. Ahora me angustia la novedad en el terreno de lo humano, tal como se planteaba en la edad media, exactamente como se buscaba en el mineral de la inmortalidad. Creo que estamos ante el umbral de lo que durante siglos se ha perseguido por humanos de decenas de generaciones. ¿Puede aspirar el hombre a la fuente de la eterna juventud? Vuelve a las manzanas. EDÉN.- Si las manzanas con la mano del hombre pueden, pues el dueño de esas manos con mucha mayor razón. Probemos la inmortalidad. Toma la jeringa, lleva la aguja a la botella, la limpia, aspira líquido. Se "auto inocula" I a EDEN.- El trabajo está tardándose mucho. El autor nos dijo que íbamos a tener el texto en dos semanas. Ya van tres y media y nada. Yo opino que busquemos algo distinto. Son diez horas a la semana y no las estamos aprovechando. Debimos haber empezado hace varias semanas. Más bien desde el semestre pasado para llegar a término por el mes de marzo o mayo a más tardar. En esas fechas acabamos el semestre y yo cumplo con todas mis materias. Ya estoy haciendo los trabajos de la tesis porque quiero titularme pronto. Llevo cinco años en la escuela y es hora de volar, ya es tiempo y supuestamente en esas fechas debo estar libre para el profesionalismo. Esto es un ejercicio, aunque sea el trabajo terminal de la carrera de actor no deja de ser un trabajo escolar. Será hasta que termine lo académico cuando pueda llegar a lo profesional. Aquí hay que cumplir con las materias, tenga las horas que tenga; y esta es una más, supuestamente la más importante, pero una más. ¿Cuándo tendré el texto? ¿Lo tendré? Es para poner nervioso a cualquiera, y más al actor. Si vamos a montar un material determinado pues debe estar bien determinado qué es, de qué se trata, cuál es el material con todo lujo de detalles. La directora debe entender que esas no son enchiladas. Cuesta mucho sabiendo que es y con el tiempo apropiado, ahora que con un resumen de tiempo. ¿Pues de qué cree que se trata? Cuesta mucho sabiendo... cuesta mucho... cuesta... cuesta... cuesta... Jorge Cuesta. ¿Qué, de verás eres muy importante? No tenemos propuesta definida y tardamos mucho en decidir lo que vamos a hacer. Dos cuatrimestres para un trabajo que se han desperdiciado lastimosamente. Que pena, que pena y... que presión. Me ponen nervioso con estos ritmos, con la lentitud, con la indefinición. Seguro que me lo van a dar faltando menos de tres meses para terminar y van a exigirme que esté para antes del día del examen final. Eso me presionará aun más. No quiero trabajar a la carrera, eso no es profesional, no es formativo y sobre todo, no propicia condiciones óptimas para la creación artística. ¿Pues de que se trata, el teatro es arte o no? Les voy a decir que mejor le paramos. ¿Qué puede pasar? ¿Me van a reprobar? Sería una locura. Me embarcan en este proyecto supuestamente original, propositivo y de alto grado de dificultad para la interpretación y me salen conque todavía no tienen nada todavía. ¿Y mientras qué hago? Les importa un demonio lo que me cuesta en angustias... cuesta en angustias... cuesta en... cuesta... cuesta. ¿Pues qué tan complicado puede ser acceder a ti. Jorge Cuesta. II Sobre una almohada Edén golpea su cabeza ante el encierro. EDÉN .- Manicomio no. Manicomio no. Manicomio no. ¡Víctor! ¡Alicia! Dijeron que sólo era por un tiempo. Dijeron que únicamente para que me examinaran. ¡Víctor! ¡Alicia! No. No, no. Quería a Alicia, no a ti. ¡No a ti! ¿Qué vienes a hacer? Hace tiempo que nada tenemos que ver. Ya me habían dicho, y por torpe no hice caso, "nunca andes con mujer de manos grandes porque todo le parece pequeño". Acuérdate que soy un don nada. Estoy exagerando, realmente nunca fui reducido a la naditud. La naditud parece una categoría sacada de un criterio que tiene algo. Nada, como calificación, justifica el existir. Nunca me dijiste que era nada porque sabes perfectamente que el término servirá para existir. La naditud es la negación total, y tú eres contundente cuando golpeas, pero nunca me ajustaste a la nada. Ahora no sé si fue lo mejor. Ser nada desde tu óptica hubiera descalificado la opinión, pero no fui nada, quizás hasta me hubiera gustado; porque ser lo que me hiciste ser fue peor. Un medio poeta, un medio crítico. Si fuera completo como lo uno o como lo otro hubiera podido acceder a la economía que te mereces. Tú, genio y figura, tú musa de tamaño inconmensurable, mujer de altura inaccesible, ser del Olimpo celeste; requieres un hombre de cartera abierta, pesada y dispuesta sólo para ti. Los medios versos y las medias críticas que salen de mi pluma son gas para evaporación, líquido para la cañería, sólido para la putrefacción. Medios versos y medias críticas pérdidas de capital para tu altura, tu tamaño, tu figura, tu genio. Nunca venderé al precio de un mural Rockefelleriano, ni siquiera para un lienzo para el regalo íntimo. No nací para el negocio. Realmente no sé para qué nací. ¿Para la pasión? ¿Para la inteligencia? Lo que sí sé es que no nací para colmarte como mereces que te colmen. ¿Qué haces aquí? ¿Vas a perseguirme por siempre? No quiero tu cercanía. No deseo tu presencia. Aléjate giganta de grandes pasiones, de enorme inteligencia, de amplias ambiciones, de fuerza en toneladas minerales. Aléjate mujer de escultura tersa, de belleza fuera de lo común, de seductora presencia. No provoques lo que decidí que no iba a ser provocado por ti. Sabes perfectamente lo que representó y representa tu aroma, tu cercanía corporal, tu sola visión. Lo sabes y lo sabes muy bien. Por ello te aprovechas. Lupe, Lupita, Guadalupe; mujer de vida, mujer de magia hormonal. Vete. ¡Vete! II a EDÉN.- He optado por el silencio. El autor y la directora son mis maestros. Los sentimientos que me provocan ambos son múltiples. Ella fue una superactriz jalapeña que todo mundo recuerda en un montaje memorable donde bajo una gran sábana "hacía el amor", pero antes y después los dos actores, ella y él, atravesaban desnudos el escenario. El espectáculo era sensacional, la obra interesante y el ver a los susodichos como se les pudo ver función a función, se sigue recordando muchos años después. Yo no lo vi. Era un chamaquito que no podía ir solo al teatro, y menos al teatro que se presentaba en una ciudad lejana como Xalapa. No vino a Puebla. Yo no sé, de haber venido, si me hubiesen dejado verla. Una actriz y un actor desnudos en escena a mis diez años... quién sabe si la hubiera visto. Ahora aquella mujer actriz de la fama en pelotas jalapeña es mi maestra-directora. Es inteligente, sensible, conocedora, agradable y bella; pero incapaz de cuestionar la rapidez de escritura del autor. Ya ni la muelan, ella por no apurarlo y él por no apurarse. Él por no escribir rápido. Escribir rápido. Él no es famoso porque dice que no le importa. No sé si tenga razón, pero yo le he insistido: "Profe, ya hágase famoso para que me ayude". Dice que no trabaja con sus alumnos para hacerlos famosos sino para hacerlos verdaderos. Y aunque le digo que me haga famoso porque al fin la verdad ya la traigo, no logro convencerlo de que se haga popular por lo menos. Y seguimos en la espera. Ahora cuestiona la fama con la calidad. De eso se trata lo de Cuesta. Dice que la fama siempre se le negó, pero que a la larga va a ser más famoso que todos los famosos que lo rodearon. A mí me gustaría ser famoso en vida, no en muerto cincuenta años después. Bueno, claro, yo soy actor y Jorge era poeta. El poeta puede esperar a la fama en la trascendencia, el actor no. Pero yo qué estoy discutiendo con Jorge si mi discusión es con los mis maestros. No, ya no voy a discutir ni con la primera actriz ni con el autor al que no le importa la fama. A lo mejor ni hacemos el trabajo. De modo que si no hablo con ellos es porque no haré el trabajo y si no hago el trabajo tampoco tengo porque hablar contigo Jorge. Entonces ¿con quién demonios estoy hablando? Si no quiero hablar contigo y si no quiero hablar con ellos porque no hay trabajo ¿por qué entonces hablo? No es contigo Jorge, no es con la actriz famosa venida a directora, tampoco con el autor que dice que si él llega a la fama será como el autor de "La metamorfosis". Hoy lo vi, hoy la vi. No le hablé a él, no le hablé a ella. Quien sabe si fue lo mejor. Realmente no les hablé del trabajo. He optado por el silencio. Pero sigo abriendo la boca para hablar con Jorge. Jorge nada tiene que ver con mi ahora, o sea físicamente, lo que quiere decir que nunca hablaré con Jorge, o sea que abro la boca para hablar con la metáfora de Jorge. Y yo no quiero hablar con nada que tenga que ver con el trabajo mientras no exista el trabajo que tiene que darme el autor que no me lo ha dado porque la directora venida de actriz no lo apura. No hablaré con la metáfora de Jorge. ¿Con quién entonces mi impulso ha empezado a hablar tirando al bote de basura mis deseos de no hablar. Mis deseos de no hablar... mis deseos de no... mis deseos de... mis deseos. ¿Estaré deseando la fama de Jorge? ¿Estaré hablando con la fama oculta de Jorge? III EDÉN.- Quiero hablar contigo. No, no acepto eso de que lo mejor es abordar a Manuel, sabes perfectamente que por ahora no es lo más conveniente. No Germán. Me dio duro pero, debo reconocerlo, sólo como crítico. No tengo problemas, te lo digo con toda seguridad, en mi caso ya no hay pasión; pero creo que él no lo ha superado. Es muy arriesgado aun, ¿para qué arriesgar hablando ahora con tu compañero? ¿Sabes lo que significa hacer una antología? Es algo complejo, de mucho trabajo comprometido y lleva un gran riesgo. Sabíamos que se iban a dar respuestas tan despiadadas como esa, pero es parte de lo que puede suceder cuando algo así se pone en marcha. Lo importante era iniciar algo novedoso, algo inexistente en profundidad. ¿Sabes cuál es el mayor atractivo de esa Antología ? Pues que nunca antes se usó esa amplitud de espectro. Nadie, ni ahora ni en ningún ayer, trató de agrupar, estudiar, elegir y editar a los poetas nacionales. Eso es rutina en cualquier país civilizado, pero no en el nuestro. No quiero decir que somos bárbaros, después de todo venimos de una guerra revolucionaria de casi once años, somos una nación joven de poco más de un siglo y en nuestros primeros decenios nos partieron a la mitad y nos intentaron convertir dos veces en imperio. Es normal que el recuento profundo de poesía apenas lo iniciemos. Eso es lo trascendente, que lo empezamos. No sé que hubiera dicho yo si ustedes lo hubieran hecho antes desde El café de nadie . Tal vez sólo hubieran contado para la antología a los que gustan del mole de guajolote. Estoy intentando ser jovial, pero parece que no se me da mucho. La poesía que hacen es importante, pero creo que disfrazan de nacional lo que está en las vanguardias europeas. Ahí está lo complejo o lo poco claro. Miente con toda su argumentación irónica y poco sutil para intentar desfasarme y desfasar a mis compañeros de grupo con un supuesto antinacionalismo que no fundamenta pero sí cuestiona como dado; vengo de Córdoba, la nación me es bastante cercana y el intento de acercamiento a la cultura universal es un principio para el engrandecimiento de este entorno mexicano. ¡No soy afrancesado! Creo que la poesía es una actividad sagrada, pero que se hace para que acceda al mayor número de escuchas, al mayor número de lectores; no pienso en una poesía de monte olímpico accesible sólo a los que la sangre azul se los permita; el fenómeno de la perspectiva elitista en la divulgación poética condena a la creación al olvido; la poesía debe trasmitirse, debe buscar las sensibilidades, dialogar con ellas, acercarse a la universalidad es un asunto de apertura al cosmos, y nuestro cosmos está lleno de escuchas, de lectores. ¡No soy sectario! Es cierto que eso se refiere solo a quien se dirige la poesía, habría que hablar de la creación, o más bien de quienes hacen la creación; ahí sí tal vez sea selectivo. No puedo acercarme a "enseñar a hacer poesía" porque eso no se enseña, eso simplemente se tiene o no; es un asunto individual y divino, no tiene que ver con las afinidades, los gustos y las amistades; se es o no se es poeta, y punto; pensar o actuar de otra forma sería poco serio y tampoco carezco de seriedad. Todo eso es falso, indignante y ofensivo; pero podría perdonarlo, y de facto lo hago pues no viene a reclamo; pero sí quiero que le digas que mujeruco puede que sea su tío, su hermano o su padre. Quiero que se lo digas tú, porque si yo soy el portador de mi propia aclaración y defensa, corremos el riesgo de que se convierta en ofensa. Soy mexicano, cordobés veracruzano; y como a todo hijo del águila y la serpiente, los calificativos de ese tamaño son respondidos con la talla mexicana. No sé de donde sacó sus conclusiones, es más, sospecho que no son conclusiones sino únicamente exabruptos desarrollados al calor de su dolor porque no lo pusimos en la antología como hubiera deseado aparecer. Pero esta antología que hicimos, esta obra teórica que firmé, ha abierto la puerta para que otros hagan otras de semejante naturaleza. Inténtenlo o pídanle a otro que la haga estudiándolos a ustedes. Pero quiero solicitarte encarecidamente, mi estimado Germán, que le transmitas a Manuel el siguiente mensaje. Si quiere confirmar mi supuesta mujeridad, que se olvide de su futurismo, su mole de guajolote y hasta de los libros, para venir a repetírmelo directamente a la cara, frente a frente; como antimujeruco que presume ser el... señor estridentista mayor. III a EDÉN.- Me encontré un libro interesante. Un libro sobre ti, Jorge. Hubiera querido que me lo diera mi directora o el autor, pero ninguno de ellos lo puso en mis manos. Es más, no sé si ellos lo conocen. De saber de su existencia ya me hubieran avisado, ¿no crees? Tal vez en dos o tres meses se los enseñe para que se eduquen. La verdad es que sigo guardando silencio ante ellos. Ellos siguen en la inactividad, él sin escribir el texto para que ella me lo dirija, y ella sin apurarlo para que yo me ponga a trabajar. No sé si a ella no le interese. Él, según me han dicho, tiene bastante trabajo enfrente por cumplir. Entiendo con ello que no termine el texto, lo que me pregunto sin poder responderme es ¿para qué aceptó la propuesta si no tenía espacio para cumplirla? Es más, no la aceptó, él la dijo, lo cual quiere decir que es propuesta suya. No creo que la maestra le haya dicho que me propusiera el proyecto. Eso es por lo que creo que a ella como que le falta interés, no es su proyecto, es del autor para mí, y a ella sólo la usa como directora de encargo. Es complicado abordar algo creativo por encargo. Yo creo que sólo funcionan las cosas si uno se enamora de ellas, así sí se puede abordarlas, así sí puede entrar uno a proyectos acabados y complejos de creación, de esa manera la pasión se convierte en elemento del proceso. ¿Puede haber creación artística sin pasión? Ese es el riesgo de ella, directora por encargo de un material que ni siquiera sabe como va a ser, que tendrá que asumir como responsabilidad a término de escenificación; que desconoce si levantará en sus sentidos algo del elemento mágico para la creatividad: la pasión. ¿Conocerá ella este libro sobre Jorge? Es curioso que lo escriba otro Jorge, un Jorge que nació cerca de veinte años después que el primer Jorge, o sea tú, muriera. Lo estoy analizando con pasión. Espero que la pasión me dure para cuando me entreguen el texto. Si es que finalmente algún día lograré que me lo entreguen. Jorge descrito y escrito por Jorge. Me entretendré mientras el autor escribe lo que la directora me dirigirá. Seguiré en pláticas contigo y sabiendo más de ti, Jorge, a través de este otro Jorge que te escribió en este libro que me encontré. IV EDÉN.- Por supuesto padre, por supuesto que usted tiene razón. La vida debe estar asegurada antes de dedicarse a otra cosa. Lo de la creación no sirve para mantener a alguien como yo y no debe quitarme tiempo, energía y voluntad de las actividades prioritarias para las que usted me ha preparado. Sí padre, usted me ha preparado. Me envío a México, me mantuvo el tiempo necesario para que me titulara y me consiguió este trabajo en "El potrero". ¿Cómo puede usted pensar, consciente de todo aquello, que no hice caso de sus advertencias? Quisiera que pudiera ver mi cara, siento que está congestionada, seguramente roja e hinchada de vergüenza. Sí, querido padre, me avergüenzo de haber sido incapaz de ver lo que estaba pasando. La fuerza, el talento y energía de su personalidad siempre fueron el ejemplo para caminar por la vida. No sabe cual fue el motor de la constante lucha para hacerme químico. Desde las lecturas multiplicadas por las pláticas y deseos de su vida y sus pláticas, hasta la posibilidad de extender la vida a través de lo que la ciencia permite. Todo ha sido pasión elevada a la "n" potencia, pasión que usted me transmitió desde que tengo uso de razón. ¿Cómo es que no fui capaz de hacérselo comprender a su entendimiento, de hacérselo sentir a su corazón? Soy químico por usted, gracias a usted, impulsado por usted. El acercamiento a la lógica, al cuestionamiento, a la razón deductiva es obra de educación; esa misma me descubrió que la mente humana es creativa, lo que quiere decir que la ciencia posé esa naturaleza, y si la ciencia es creativa entonces la ciencia tiene un gran punto de contacto con el arte, esa actividad humana prototípicamente creativa. Nunca oculté ser creador, quizá únicamente lo mantuve en silencio o en enmascaramiento inconsciente, de un matiz. Soy creador en la búsqueda química, en la aventura científica, y también soy creador en la aventura poética que tanto encono le causa. No sé qué le ve usted de malo a ejercer la palabra como ejercicio de búsqueda, de libertad, de verdad humana. Eso es la poesía, una verdad humana. Creo que es el escalón máximo de la sensibilidad artística. Me hace feliz, me enorgullece, me coloca pleno ante mí mismo, ante el mundo, ante Dios. No, no; no blasfemo. Dios está en el verbo, y si la poesía es el grado óptimo del verbo, la poesía está en Dios y él es poesía. No soy el primero que concluye eso, padre mío, desde hace años, siglos, milenios, se opina que es a través de la poesía como el humano se comunica con los dioses. Claro, como usted afirma, sólo hay un Dios verdadero en tres manifestaciones. Un Dios no hace chismes, por eso quiero decirle que eso de los chismes que tanto parecen afectarle en su opinión sobre mi persona: entiendo que los aceptó debido a lo que usted consideraba una "desordenada conducta". No había tal, fue únicamente la respuesta que le di prácticamente a su decisión de que yo podía valerme por mis propios medios. No le estoy reclamando, para nada; usted tiene y tenía razón. A los veintiséis años de edad ya va siendo tiempo de la autosuficiencia. Me dio pánico, después de estar toda la vida bajo su protección, quedarme de pronto sin nada, me asustó. Por eso me puse a trabajar. Sé que le causó problemas de entendimiento, de rareza, de prestigio social. ¿Un hijo del jefe don Nestor anda de poeta en el México de hoy"? Se entiende el desprestigio pero no se justifica que me condene a su desamor, sobre todo ahora que apenas cobro conciencia de que carezco de su voluntad y sus fuerzas precisamente cuando tengo que depender de mi voluntad y fuerzas. Tengo terror de la imposibilidad de ser capaz de generar las propias. Me inquieta mirar lo que esperaba usted de mí y mi desprecio por mí mismo al reconocer que hasta ahora yo no esperaba de mí más que casi nada. Nada he sido, pese a usted padre, y en nada me estoy reconvirtiendo, ante usted, padre. Perdóneme, tiene usted toda la razón en reprenderme, en alejarme de su protección ahora, cuando ha cumplido con más de veinticinco años sin dejar de hacerlo día con día; sólo espero de usted que no dude de dos cosas de mí para usted: mi sinceridad y mi cariño. IV a EDÉN.- Ya leí el libro del Jorge que escribe sobre ti, hermano Cuesta. Qué le podemos hacer. Pues ya ni modo. Pasa que está falseado con el deseo de su persona. Tú eres una referencia de lo que él, el otro Jorge, quiere ser. No se acerca a ti con interés, mucho menos con amor; eres la posibilidad como modelo. No quiere conocerte, el acercamiento a ti no es su motivación ni su interés; desea suplantarte, convertirse en ti a través de la flagelación a los cuatro vientos para que estos repitan: "soy la reencarnación de Jorge, yo el otro Jorge, imagen y semejanza del primer Jorge que vive y reina en la repetición lograda al tercer tridecenio posterior a su nacimiento y en continuidad". Bueno, es su forma de acceder a ti, tú como vehículo, como motivo de ascenso a la creación. No sé si ese nuevo Jorge que pretende ser tú o por lo memos ser como tú, cree en la reencarnación. Ya sabes, mal de mexicanos, casi todos somos o decimos que somos católicos, y casi todos creemos, o creen porque yo no, en la reencarnación que nada tiene que ver con la religión del Vaticano. Tú sabes que el hijo de la Santísima Trinidad cuando muere se va al cielo, al infierno o al limbo. Sólo los hijos de la espiritualidad, que son diferentes a los católicos, aspiran a la reencarnación. Los católicos por tanto no pueden siquiera pensar en la posibilidad de reencarnación, eso hacen los buenos creyentes: no creer. Aunque más bien no es un asunto de maldad o de bondad, se trata de un asunto de conocimiento e ignorancia; los católicos que saben no piensan en la reencarnación, los católicos ignorantes pueden creer en la Santísima Trinidad y, al mismo tiempo, creer en la reencarnación como cualquier hijo espiritista de algún brujo-chamán-medium o sencillo charlatán. De ahí parece venir el otro Jorge. Te repite en su deseo como si fuera producto esotérico, alma del new age venida al intento comercial para vender literatura en un país casi analfabeta como el nuestro. ¿Pero por qué te ando molestando con esto? Sabes, Jorge, me indigna como se te han acercado. Incluidos mis maestros directora y autor. Eres bastante más profundo que lo que cualquier propuesta en doscientas páginas o un tiempo escénico de hora y media, alcancen. Voy a tratar de hacer contigo algo superior. Te lo mereces. V EDÉN.- Allá estás frente la puerta de mi habitación, tu figura se dibuja entre el contraluz de los rayos solares directos sobre mis ojos. Tu presencia recorta exactamente una sombra en claroscuro contundente de luminosidad enfrentada a la lluvia de energía y corpúsculos que diferencian sin romper brillantez y desarrollando una imagen borrosa por etérea, atractiva por fantástica y seductora por corporeidad sugerida en la belleza de cuerpo presente que te acompaña por naturaleza de tu ser. Eres y no eres la misma que conozco, ayer repetiste respecto a días pasados, pero ayer eras diferente a esta presencia de rayos luminosos reflejados y refractados en la física presencia de tu hermoso cuerpo que era hermoso ayer y antes y lo será mañana y después, pero que hoy, precisamente hoy, tiene la particular hermosura de la jornada que le ocupa en estás veinticuatro horas, o esta secuencia de sesenta minutos, o sólo este efímero instante que acaba de pasar porque una vez que lo menciono se fue con él para ser otro que se sucede constantemente como ese al posterior. Así es tu presencia vista desde mi amor, amor que probablemente sea de mayor perdurabilidad que la imagen que se forma desde la misma tú, la misma amada, la igual querida, la semejante visión en iguales ojos y sensibilidad de tú misma, pero tú no eres tú tal como lo fuiste instantes, pocos o muchos, antes; ni yo soy el mismo que mira con los mismos ojos y sensibilidad pero que ha cambiado con el tiempo, con la circunstancia, con el nuevo instante efímero. El amor, mi amor, el amor que nos une te mira pero no te ve igual porque no eres igual ni son iguales los ojos que te miran. Nada es igual, nada es durable, nada es para siempre; ni los sentimientos de toda la vida. Este amor no te mira para hacerte durable Es la figura ante el sol y es tu figura entre el sol y mis ojos. Luego entonces el sol nos ilumina haciendo efectos especiales ante la visión. Pero la visión es sólo la visión que ven mis ojos desde esa posición en ese momento y ante esa inclinación lumínica del astro, que sería distinta en otra hora y otra postura de mis receptores oculares y en otro instante de tu vida, pues finalmente es tu vida en un momento, es tu presencia en un suspiro o una expiración que son diferentes pero son iguales en cuanto a que son instantes que se suceden, que se empujan uno al otro para vivir su temporalidad constante y repetiblemente eterna porque eterna es la continuidad temporal en donde en un punto exacto coinciden tu paso, mi visión, el sol, la perspectiva y nuestro encuentro, encuentro que es eslabón en la cadena de tu vitalidad, olvidándonos que la mía también se concatena, y es una muesca inexorablemente continúa porque forma parte del todo, de tu todo vida que por la misma razón es imposible romper, detener, alterar. Estás en la vida ante mis ojos en una forma especial que me permite ver sin posibilitarme circunstancia distinta. Te miro consciente de que lo que miro dejará de ser lo que es en unos pequeños instantes. No puedo, no debo, no pretendo hacer nada más de lo que pueda hacer con la simple mirada. Y desencadenarte de tu vida, que pasa. Pasarás, tu imagen ahora registrada en mis ojos dejará de ser imagen en mis ojos y pasará a ser imagen en mi mente, una mente digna de mirar pero indigna de detener. Nada queda para siempre, ni tu belleza hiperlativa que inunda mi vista que sabe que nada es para eternamente porque siempre es nunca y lo que es nunca es del recuerdo y no es del presente, porque el recuerdo es el ayer o lo que ahora ya no es, pues lo que aunque no se puede medir, comprobar en vida, puede constatar permanencia. Lo que fue y sigue siendo, será aunque no esté, porque está en la impresión que los ojos expusieron a la plata impregnada en el revelado del recuerdo. Te veo en contraluz en este instante que ya no será el mismo instante dentro de un suspiro o una expiración; pero no tendrá importancia si es que la capacidad de la imagen que ahora estoy viendo tiene posesión de provocar la calidad de una impresión fotográfica para el archivo de la memoria que puede continuar con la presencia viva sin estar presente en la vida. No es nada complicado si pensamos que estos ojos que ahora te están viendo harán la constancia en la temporalidad que extiende lo efímero a calidad de constancia persiguiendo la nota permanente en el archivo que se depositará para que yo haga de ti en este momento, un ahora de siempre por obra y gracia del recuerdo, del buen recuerdo. Los ojos que a tu imagen, apartan de tu muerte Y la vida seguirá su curso implacablemente a partir de que tú no estés aquí, como no ha dejado de seguir incluso en este momento de cruce de vivencialidades, y mis ojos carezcan de capacidad para mirarte en la misma posición, con la misma presencia, en la misma hora y el mismo calendario, sin posibilidad real de mover la realidad retornándola al ahora preciso que hoy miro. La muerte nos acerca cada vez con mayor cortedad al momento definitivo, momento al que no evadiré; pero ese es otro asunto, porque ahora hablamos de tu figura, figura que morirá como morirás tú, pero esta visión de esta figura tuya en este momento nuestro arrostra a la muerte su temporalidad. Muerte a la que llegas, con la que te retrasas, a la que te arrojas con fortaleza para confirmar la finitud de ella misma que es rito constante del existir. No la impiden, sólo hacen más presente tu ruina. Este amor no te mira para hacerte durable Y desencadenarte de tu vida, que pasa. Los ojos que a tu imagen, apartan de tu muerte No la impiden, sólo hacen más presente tu ruina. V a EDÉN.- Creo que ya no los necesito. Siguen sin darme nada, continuamos sin hablarnos, pero no saben que estoy hablando contigo. Te hablo y te hablo, y tú respondes con textos desconocidos, ricos y seductores. Aquel par de... maestros míos, siguen buscando en la locura de tu vida; eso es para sicólogos o siquiatras. Tu vida fue asunto de loqueros. Francamente a mí no me interesa. ¿Para qué? Locos han existido en número suficiente para que cada año se especialicen en esos asuntos decenas y decenas de nuevos médicos para atenderlos en todo el país; porque en todo el país abundan los locos, igual que en todo el mundo. Desgraciadamente no en todo el país, ni en todo el mundo, abundan los genios creativos. Eso es lo que eras, eso es de lo que dejaste constancia, eso es con franqueza lo que a mí me importa de ti. Aquellos dos dicen que eres un personaje de gran complejidad, que perseguirte en tu ruta vital es como caminar en un laberinto con cuestiones de vocaciones, real e impuesta; rechazos, implicaciones sexuales mal entendidas, participaciones políticas tormentosas, relaciones atípicas, intentos de suicidio y veinte complicaciones más; que por ello no pueden aprehenderte. Tontos, tontos; si tan sólo se acercaran a tu poesía. Tienen el síndrome de la academititis; todo lo resuelven, o creen que lo resuelven, desde la perspectiva de las experiencias reportadas bibliográficamente. Si no existe referencia como aparato crítico que sustente, no vale, no es digno de acercamiento, mucho menos de discusión. No sé en otras cosas qué hayan hecho en su carrera artística, pero en esta se equivocan claramente; precisamente lo que se encuentra en referencias es tu trabajo creativo. Lo demás son chismes, inventos, subjetividades. Lo concreto son tus empeños alrededor de la metáfora, tu cultivo de tropos, la profundidad filosófica que en ellos se logra sentir. No sé qué con tu trabajo de investigador, pero sé perfectamente alrededor de tu trabajo de creador poético. Poeta de primer nivel, poeta de vida después de la vida. VI EDÉN.- Respecto a su diagnóstico, doctor, es necesario que le precise un aspecto importante. Quiero repetirle lo que le dije inicialmente sobre mi problemática y lo que según yo es mi padecimiento, padecimiento que usted no ha querido reconocer físicamente. No es un reclamo porque usted es el médico, el científico, el experimentado en este campo del diagnóstico. Yo soy lego en eso, aunque he estudiado, hecho consultas con autores diversos, y realizado hipótesis con base en sustentos de publicaciones científicas. Es cierto que no soy médico, pero usted bien conoce mi experiencia como químico, lo cual me ha dado una práctica metodológica fuerte en la deducción de problemáticas diversas. Quiero hacer énfasis en que todo esto no se lo digo como un reto a su conocimiento, ni como afrenta; se trata únicamente de externarle tal vez una manera diferente de mirar las cosas, en este caso, mi problema que usted define como nervioso y mental, pero que en mi individualidad es solamente una historia larga de padecimiento físico que usted no ha constatado. Tengo diez y seis años sufriendo de las molestas almorranas que periodos más, periodos menos, no han desaparecido y por el contrario parecen diseminarse no sé si internamente o por contigüidad externa hasta llegar a la próstata. Debiera verlas, doctor, son unas protuberancias no sólo incómodas, también antinaturales en la constatación de una posible sexualidad genérica. Mi anatomía se ha transformado. Esta es mi conclusión, conclusión que le externé para que la comprobara por medio de la observación "in situ"; pero no fue así. Usted con toda autoridad que le propicia su conocimiento y experiencia, decidió ubicar mi padecimiento en el área mental. Sufro de "una inclinación homosexual reprimida, lo cual por inclinación reprimida, generan mi problema obsesivo mental. Esa es su conclusión. Conclusión que se fortalece con lo que traté de explicarle sobre las enzimas y la sexualidad. Tengo experiencia y resultados en vegetales y animales con enzimas inoculadas y efectos sexuales. Eso cualquier químico biólogo puede constatarlo por la evidencia experimental. Lo que está en proceso es la constatación en humanos. Claramente le expliqué que estoy ingiriendo las enzimas y que ellas pueden ser la causa de mi transexualidad; pero a mi afirmación usted respondió con el fortalecimiento de su diagnóstico sobre mi supuesta obsesión mental, diagnóstico que no niego que pudiera presentarse en mí sistema corporal, pero que por ahora no me interesa puesto que lo más evidente e inmediatamente observable es esa transformación que se evidencia cada vez mas llevándome a la hipótesis de la transexualidad. Ese es mi planteamiento, esa es mi hipótesis. Sé que es casi ofensivo que un paciente tenga el atrevimiento de diagnosticar o promover una suposición ante el científico de la medicina, pero en este caso le ruego que entienda mi experiencia combinada con mi desesperación al ver y sentir lo que me está sucediendo física y evidentemente; me asusta el fenómeno y quiero, deseo, suplico que alguien especializado, confiable y con la experiencia de usted, me vea, me analice, me evalúe con objetividad. Necesito saber si esta malformación es un asunto de la patología o es una simple variación sexual. Por favor, doctor, déjeme comprender las posibilidades reales de mi estabilidad masculina o asumir la posibilidad de variación de sexo que parece afectarme. Por lo que más quiera, revíseme, no de nuevo sino por primera ocasión. Se lo vuelvo a pedir, se lo vuelvo a suplicar; revise anatómicamente esta variación que en mis partes genéticas está sucediendo. VI a EDÉN.- ¿Qué buscabas en las enzimas? Lo entiendo en los experimentos con frutas o vegetales. Si lo hubieras hecho ahora muchas trasnacionales de alimentos te propondrían la gerencia regional o su jefatura en investigaciones. Naciste antes de que este país te necesitara. Lo que no puedo entender es la ingestión por ti de esas enzimas. ¿De qué se trataba? ¿Buscar la piedra filosofal? ¿Alargar tu vida? ¿Hacerte inmortal? ¿Cómo en esa posibilidad? No, así no. Es tonto o por lo menos risible. ¿Sabes que ahora se puede congelar a un enfermo de algo incurable y "guardarlo" para que despierte cuando exista una cura para su enfermedad. Ya se practica, es caro, pero se practica con cierta frecuencia. Walt Disney está congelado. Seguramente regresará a inventar ratones animados o a acusar comunistas en el año 2009 o 2119. Pero bueno, ya que te hablo de un ratonero como Disney, su obra nos dice qué ha sido importante, que ha trascendido y existirá en el recuerdo de la gente mientras sus creaciones digan algo; no se trata de su congelamiento y su renacimiento futuro, se trata de un logro muy rico, muy particular y, sobre todo, un logro simple: su capacidad creadora. Por sus Micky mouses los conoceréis. No importa que hayas muerto, no es relevante la imposibilidad de renacimiento por congelación. Vives en la resonancia cósmica de tu canto. Capto la seña de una mano, y veo que hay una libertad en mi deseo; ni dura ni reposa; las nubes de su objeto el tiempo altera como el agua la espuma prisionera de la masa ondulosa. La mente es libre, tanto como la espuma del agua que se forma y se reforma infinitamente distinta, pero no es solo su voluntad, son las fuerzas del agua, de la circunstancia, del mundo; las que nunca son las mismas, las que cambian por el movimiento eterno del universo. Sus ojos, errabundos y sumisos, el hueco son, en que los fatuos rizos de nubes y de frondas se apoderan de un instante y esculpen la figura vacilante, que complace a las ondas. Lo que se mira no se mira en la rigidez de la máquina que ve sino con el vacio de lo que se llena con lo que encuentra azarosamente y si lo que en ese instante está presente son aires caprichosamente formales, son la materia prima para que se cincele la visión en el placer del regodeo del azar y su material. Eso dijiste hace más de sesenta años y eso nos pone a dialogar contigo ahora y el tiempo en que esté impreso ante nuestros ojos-oídos tu escrito-voz. VII EDÉN.- No estoy loco, no estoy loco. ¿A quién se le ocurre semejante estupidez diagnóstica? Denme una pluma para transformar el mundo y lo haré porque eso es lo único que puedo hacer. No sirvo para otra cosa. Escribir, escribir. Sólo escribir. Denme una pluma, un lápiz que me permita la existencia. Aquí no puedo hacer nada que no sea lo que la vida me permite. Loquero, te cambio mi herencia por una pluma. Anda, te conviene, en toda tu vida no podrás juntar con todos tus sueldos mensuales lo que mi padre recibe por una venta de ganado de El potrero. Anda, una pluma y papel por el dinero de venta de una temporada. Por favor. Si no es por ambición mírame loquero humano de sensibilidad recortada, ¿existe en ti la mínima capacidad de compasión? ¡Un lápiz y una hija en blanco! ¿Qué es esto? Dije lápiz o pluma, algo para escribir. No tengo que apretar tornillos, no hay necesidad de aflojar nada. Por favor cámbiame esto por algo para constar en letra. ¿No puedes? ¿No quieres? Pues mira, mira; fíjate como puedo escribir con este lápiz desarmador metálico. Mira como se escribe, loquero analfabeta. Con el desarmador "perfora" sus genitales. Una gran mancha roja sanguínea aparece sobre la zona pélvica en la ropa. EDÉN.- Miro lo que no debo mirar, mientras la imposibilidad cuerda de instalarme en la lógica de la escritura se impregna de la cotidiana situación del tratamiento siquiátrica. No me importa estar loco o no, lo que desearía es no mirar que me traten como tal. Soy lo que quieran que sea, pero no quiero ver la locura de su percepción. Como se mira la vida se siente la existencia. Tengo mi visión de mí y quiero sentir esa vida, pero al imponerme otra mirada se contradice mi necesario sentimiento correspondiente a mi capacidad escultórica de la propia vida en que transita mi existir. No quiero ver lo que otros ven en imposición a mi ser, en contra de mi sentir. No quiero ver. Con sus manos "rasga" sus ojos, estos se llenan de sangre. Aparece una camisa de fuerza. A "fuerzas" Edén se coloca la camisa. Queda abrazado por ella. EDÉN.- No sólo con vivir existe el hombre, la vida es también de vegetales y animales, y aunque pertenece a estos es otro tipo de ser. El hombre vive distinto a los perros, a los peces, a las aves; él piensa y puede manejar sus sentimientos; cuando eso se le impide entonces es como el animal. Pero si además se le pone bozal, no puede ladrar como perro; si se le cortan las branquias, no puede respirar en agua como pez; y si se le amarran las alas, no puede volar como ave. Si no se vive ni siquiera como animal ¿entonces para qué vivir? Edén se "ahorca" con una manga de su camisa. VII a EDÉN .- Es la vida allí estar, tan fijamente, como la helada altura transparente lo finge a cuanto sube hasta el purpúreo límite que toca, como si fuera un sueño de la roca, la espuma de la nube. Como si fuera un sueño, pues sujeta, no escapa de la física que aprieta en la roca la entraña, la penetra con sangres minerales y la entrega en la piel de los cristales a la luz, que la daña. Nada perdura, ¡oh, nubes!, ni descansa. Cuando en un agua adormecida y mansa un rostro se aventura, igual retorna a sí del hondo viaje y del lúcido abismo del paisaje recobra su figura. La transparencia a sí misma regresa, y expulsa a la ficción, aunque no cesa; pues la memoria oprime de la opaca materia que, a la orilla, del agua en que la onda juega y brilla, se entenebrece y gime. La luz comienza a descender. Con más encanto si más pronto muere, el vivo engaño a la pasión se adhiere y apresura a los ojos náufragos en las ondas ellos mismos, al borde a detener de los abismos los flotantes despojos. ¡Qué ruidos, qué rumores apagados allí activan, sepultos y estrechados, el hervor en el seno convulso y sofocado por un mudo! Y graba al rostro su rencor sañudo y al lenguaje sereno. El oscuro es total. Oh, eternidad, oh, hueco azul, vibrante en que la forma oculta y delirante su vibración no apaga, porque brilla en los muros permanentes que labra y edifica, transparentes, la onda tortuosa y vaga. A otra vida oye ser. Ese es el fruto que del tiempo es dueño es dueño; en él la entraña su pavor, su sueño y su labor termina. el sabor que destila la tiniebla es el propio sentido, que otros puebla y el futuro domina.* FIN.
* Los versos aquí insertados son, por supuesto, parte del corpus de la obra poética de Jorge Cuesta.
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