Cabeza

El Segundo Observador

La sabiduría y sus metáforas
Miroslav Holub
.- Entre las cualidades humanas positivas, la sabiduría es una de las más controvertidas. De hecho, ¿es positiva?, ¿es algo que se pueda lograr?, ¿que se quiera lograr? Todos pretenden ser buenos (más allá de lo que esto pueda significar). Todos quieren ser
felices (en sus propios términos). Pero la idea de ser sabio o sagaz resulta hoy excéntrica; algo que la mayoría de la gente juzga deseable, pero "no para mí". Alguna vez interrogué a varias personas al respecto. Ninguna tenía un plan para volverse sabia. Pensaban que la sabiduría era algo inveterado o pasado de moda. La mayoría sólo quería ser exitosa, sin interés en especificar si ello implica ser sabios o tontos, inteligentes o estúpidos, razonables o irracionales.


La transparencia escrita

Edmond Jabè.- Dentro de la ortodoxia, Jabès sería considerado o ateo o laico. Es, de cierto, un humanista cuyos rabinos, aunque imaginarios, se inscriben dentro de la Tradición, tanto de
la exégesis talmúdica como de la mística de la Kabalá y el Hasidismo. "Los rabinos son, por esencia, los intérpretes privilegiados del libro", de ahí que cualquiera pueda ser un rabino, siempre y cuando acepte esa constante confrotación con todas sus seguridades a la manera como se confronta el talmudista con el Texto, el escritor con la Palabra, el lector con el Libro.


En defensa de lo accidental

Odo Marquard ,- Los accidentes parecen ser uno de los peores enemigos de la libertad y la dignidad humanas. Sin embargo, en las siguientes páginas quisiera decir algunas palabras en favor de lo accidental y de sus consecuencias. ¿Acaso hablo en contra de
la dignidad y la libertad humanas? De ninguna manera. Simplemente pienso que sería un síntoma de deficiencia de la libertad si el hombre tuviese que vivir indignamente más allá de sus medios; es decir, más allá de los medios impuestos por su naturaleza finita. Si opta por no hacerlo así, tiene que reconocer las consecuencias del accidente a través de una defensa de
lo accidental. Esta es la tesis que me propongo explicar.

La huella de la huella
Gianni Vattimo,-¿Se suele decir que la experiencia religiosa es la experiencia de un éxodo; pero si es un éxodo, se trata probablemente de un viaje de regreso. Sin duda, esto no se debe a alguna característica esencial, pero el hecho es que en nuestras condiciones de existencia (Occidente cristiano, modernidad secularizada, estados de ánimo de fin de siglo preocupados por la amenaza de riesgos apocalípticos inéditos) la religión se vive como un retorno.

Ilustración y mito
Óscar Martiarena.-Al constituirse como entidad autónoma, desligándose de cualquier tutela ajena a sí misma que buscara gobernarla, y al instaurarse como capacidad de establecer sus propios fines, la conciencia ilustrada fundó una nueva época en la historia de Occidente. Hoy, más de dos siglos después del inicio de ese singular proceso al que llamamos Ilustración, sabemos que es de ahí de donde en buena medida proceden nuestras luces y, con ello,
nuestras certezas y verdades. Pero también hoy, no pocas veces se sospecha que muchas de las sombras que oscurecen al mundo contemporáneo tienen su origen en el Iluminismo.


¿Qué puede enseñarle el ensayo a nuestra filosofía?
Carlos Pereda.-"Somos invisibles": esta melancólica comprobación hace referencia al
"no lugar" que ocupamos los filósofos en América Latina y, en general, en lengua castellana o portuguesa: tendemos a sobrevivir como meros fantasmas que dan clases y escriben textos, algunos quizá admirables, pero que casi nadie se interesa por ellos, entre otras razones, porque casi nadie se demora en leerlos. Con estas palabras no persigo el inútil patetismo, ni procuro para nada quejarme, ni lanzar un desafío. Simplemente compruebo un hecho, por lo demás, conocido por todos.

Quiero interrogar un poco esa invisibilidad. Luego indagaré cómo puede ayudar la experiencia de nuestro festejado ensayo para combatirla.

Adieu
Jacques Derrida
Desde hace mucho tiempo, he temido el instante del adiós a
Emmanuel Levinas. Sabía que en el momento de decirlo me temblaría la voz; sobre todo, al decirlo en voz alta y pronunciar la palabra adieu aquí, ante él, tan cerca de él. Esa misma
palabra, "à-Dieu", que en cierto sentido me viene de él. Una palabra que él me enseñó a
pronunciar de otra manera. Medito sobre lo que Levinas escribió acerca de la palabra francesa "adieu" –algo que evocaré más adelante– y espero encontrar la entereza para hablar aquí. Me gustaría hacerlo con las palabras de un niño, llanas, francas, palabras desarmadas como mi pena.


El asco y el morbo: una fenomenología del tiempo

José Luis Barrios.- Si pudiéramos sintetizar en tres palabras la reflexión filosófica del siglo XX, sin duda ellas serían: cuerpo, otro y tiempo. Los problemas de género, de multiculturalismos, de deconstrucción, de globalización, neotribalismo, y tantos otros, son variables muy importantes de estos conceptos. Pensar la cultura y la sociedad contemporánea desde ellos, significa asumir un descentramiento del sujeto y de la conciencia como génesis de organización del mundo. Descentramiento que no tiene que ver con las lecturas posmodernas del fin de la historia y de la muerte del arte. Sencillamente tiene que ver con la posibilidad de asumir el
problema de la diferencia como el problema de nuestra época.

Hölderlin: locura y santidad
Francisco Segovia
.- Me han pedido que hable aquí sobre "Hölderlin y el inconsciente". No sé si podré hacerlo. En principio, porque supongo que el tema que me han propuesto se refiere a las ideas de Hölderlin sobre el inconsciente, y no a mis ideas sobre el inconsciente de
Hölderlin. Y en verdad, yo haría muy mal en hablar aquí de esto último —y especialmente de
las causas de la locura de Hölderlin—, pues en ese caso ustedes estarían en todo su derecho de esperar de mí una versión más o menos enterada de los tecnicismos del caso. Pero estoy
lejos de poder cumplir esa expectativa. En el nivel psiquiátrico, por ejemplo, conozco —como quizá conozcan también algunos de ustedes— el ensayo que Karl Jaspers dedicó al "caso
Hölderlin" en su Genio y locura, pero nada más.

Respuesta a mis críticos
Paul Ricoeur.- Quiero expresar todo mi agradecimiento a Morny Joy y al conjunto de los
colaboradores del tomo colectivo que resultó del coloquio de Calgary.* El subtítulo del volumen, Context and contextation, expresa con exactitud su contenido. A saber: por un lado, la
reconstrucción del encadenamiento conceptual del cual mi teoría sobre la narrativa constituye
tan sólo un segmento; y por el otro, la puesta a prueba de esa teoría en múltiples campos del saber, donde encuentra, a veces, una confirmación y, a veces, la impugnación. El propósito de este prefacio, que tengo el gusto de escribir en señal de agradecimiento, es el de acompañar
estalectura crítica con algunos desarrollos recientes de mi propia reflexión.

El malestar en los estudios culturales
Néstor García Canclini.- No encuentro un término mejor para caracterizar la situación actual de los estudios culturales que la fórmula inventada por los economistas para describir la crisis de los años ochenta: estanflación, o sea, estancamiento con inflación. En los últimos años se multiplican los congresos, libros y revistas dedicados a estudios culturales, pero el torrente de artículos y ponencias casi nunca ofrece más audacias que ejercicios de aplicación de las preguntas habituales de un poeta del siglo XVII, un texto ajeno al canon o un movimiento de resistencia marginal que aún no habían sido reorganizados bajo este estilo indagatorio.

Para un diccionarios herético de estudios culturales
Néstor García Canclini.-Uno de los pocos consensos que existe hoy en los estudios sobre cultura es que no hay consenso. No tenemos un paradigma internacional e interdisciplinariamente aceptado, con un concepto eje y una mínima constelación de conceptos asociados, cuyas articulaciones puedan contrastarse con referentes empíricos en muchas sociedades. Hay diversas maneras de concebir los vínculos entre cultura y sociedad, realidad y representación, acciones y símbolos.

Juego de espejos
Carlos López Beltrán.- Hay innumerables maneras en las que los valores afectan a las ciencias. Las elecciones que en ellas se hacen, de líneas de investigación, de métodos de abordaje, de propuestas teóricas, de formas de deliberar y comunicar los resultados, y demás, están inevitablemente teñidas y moldeadas por los juicios de valor de las comunidades en las que la ciencia se practica.


La fragmentación de las ciencias
Carlos López Beltrán.-La ciencia occidental ha tenido como uno de sus dones más preciados el que el conocimiento científico, al crecer, pueda acumularse y agregarse de manera integral, estructurada y jerárquica. Se suele invocar como los grandes sucesos fundacionales de las ciencias aquéllos en los que se consiguió cobijar bajo un mismo manto teórico y
metodológico una gran variedad de fenómenos diversos. La síntesis de Newton de lo celeste y lo terrestre inició la nueva mecánica matematizada y con ella la física teórica moderna.

Insoportable levedad
Claudio Lomnitz.- La antropología en México tiene una larga historia. Comienza en las encrucijadas en que se encontraron los españoles cuando se inicia la colonización del continente y se extiende hasta el presente. Toda lectura nacionalista de esta historia hace hincapié en la profundidad de una "tradición" —buscando incluso "raíces" de nuestra antropología en la era precolombina de un modo paralelo a lo hecho por Miguel León Portilla cuando describió la
"filosofía" náhuatl. Este ejercicio solemniza nuestro presente, alegando por implicación que somos augustos descendientes intelectuales del padre Sahagún o de Manuel Gamio.


El sueño de Weinberg

Francisco Segovia.-- Sir William Cecil Dampier decía, en su Historia de la ciencia (1929), que Mendeleiev consideraba su Tabla Periódica de los Elementos como un instrumento meramente empírico, pero que las relaciones que dicha tabla había logrado establecer entre los elementos químicos "no pudieron por menos de traer de nuevo a un primer plano la antigua idea de una base común para la materia". Renacía así el sueño que obsesionó a los filósofos griegos hace dos mil quinientos años.

La bestia de la ficción
Paul Kenny.- Hace mucho tiempo, y de veras hace mucho, el estudio de la literatura consistía en la apreciación crítica de la buena literatura. En esa Edad de Oro, la gente estudiaba
las milagrosas maneras en que se hacía la literatura, y había un armonioso acuerdo acerca de
lo que era la buena literatura. Todo el mundo era feliz. Fue la época de Arcadia.


Esperando a Foucault
Marshall Sahlins.- El Profesor Strathern me encargó que en los próximos treinta minutos amenizara el "entretenimiento después de la cena". La idea, supongo, es que los mantenga despiertos hasta que el Profesor Stocking dicte su conferencia sobre Huxley. No sé qué he hecho para merecer este honor académico; tampoco cómo hacerle justicia. Al igual que muchos de ustedes, desde que recuerdo llevo un cuaderno de observaciones subrepticias que se extienden a lo largo de varios separadores. Pensé que acaso podría ofrecerles, a partir de ellas, una selección de escuetas consideraciones sobre lo que hoy es y no debería ser la
antropología.