SUSANA RAFART
Poemas
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SUSANA RAFART Poemas |
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OCTUBRE EN TOLOSA
Son de tinta las bayas que arden en la mente del insomne, fuego negro que fluye sin memoria. Atravieso la ciudad bajo férreos balcones que me engañan con sus vegetaciones perdurables mientras me acerco al borde de un canal. En todo hay siempre un exceso de retórica. Ahora rebosan mis palabras sembrando bosques bajo el agua,
agua oscura de los sentidos que descubre otra ciudad sin espejismos.
L'ÉTOILE DU MATIN (1864)
La noche se extrema filtrada en los riñones de su angustia. Nada te ayudará a constatar que las orillas se inclinan a tornear las aguas ya sosegadas como en la tela de Corot, donde una campesina humilde suspende sus labores para mirar la estrella matutina. La claridad a ti cedida en el viaje de tu vida se corrompió hace tiempo entre monedas dignas.
INTERSECCIONES
En el trance de la escarcha hacia lo verde en una mañana sangrienta.
Cuando lenta, la anguila amasa en perla el grave lóbulo de la memoria y el moral se llena de húmedas voluntades. Serás, en la inaudita luz, la uña que derrama el avispero.
Cántaro robado al viento y a las acacias en la tierra devastada, sorprendido ahora en la soledad del museo.
El amor se aleja, el amor se aleja, devorado por la jauría que recorre el yermo del recuerdo en canto vivo.
Nadie bebe, a dos manos, de tan pobre silencio.
El acebo y la semilla en el crisol del capitel se enroscan como sierpes en las lianas. El aire alienta helado. Sin embargo, los siglos cribaron estos ramajes que son vagas cretonas en museos de invierno. Frondosamente crispadas soledades asaltan el lugar de mis poemas con viejos cantos. Y sus frutos agostan las raíces de mi lengua.
No intentes vencer, en el piélago, a tu infortunio: déjate llevar por el agua y la sal que te liberan del objetivo de tu viaje. Deja que las algas habiten tu memoria labrando caminos de carne en tus palabras, deja el cristal inútil de unos peces grises inundar tu recuerdo más bello. Deja que te ame la muerte con todos sus vestidos. Deja que te ame sin más. No intentes perseguir un punto extraño en el horizonte, allí donde la tierra nos descubre la oscuridad del rostro. Has abandonado las casas y has dejado los libros. Te espera, entre sábanas desiertas, la noche de amor más larga. GARE TOULOUSE-MATABIAU
Muy pronto, un lugar desapacible, a horas extrañas, puede convertirse en un hogar. Un reloj, el andén, unas vías, un canal emboscado, los constructores de una gran biblioteca a punto para el desayuno, y, en el bolsillo del abrigo, entre menudas cosas vuestras, los versos subrayados de un libro. |