en medio de su extravío
II (b)
Se llenó de agua
si nadie la vio
la copa de piedra
que no toca el sol
Agua de la piedra
o del corazón
negra agua de adentro
que no toca el sol
La estatua en silencio
germinó su flor
y destila un agua
que no tocó el sol
(a)
Iluminado por dentro
veo tu esqueleto de hierro
Oigo tu lengua inefable
como un zumbido en el aire
Una aguja de cristal
que atravesara un panal
Un filamento de vidrio
que nadie podría haber visto
Baja del cielo ese hilo
y te corta con su filo
Hilo de luz que atraviesa
tu piedra por la cabeza
Tu cabello se ilumina
en la nuca que rutila
Hilo de luz amarilla
que en la roca se matiza
Y tu mirada se enciende
y parte el filo tu frente
Hilo rojo que en silencio
baja desde el firmamento
Hilo que del cielo pende
y si lo sigo se pierde
Hilo que cruza la piedra
y sale por tu entrepierna
Hilo que solo aparece
filoso fino florece
III (b)
Y la lluvia que no cesa
y tu cara sigue seca…
Se quedó ciega la estatua
si su cara sigue intacta
Y la lluvia que no cesa…
Ceñida venda de lluvia
que su mirada no enturbia
Y la lluvia que no cesa…
Intocada piedra blanca
tan hondos huecos me espantan
Y la lluvia que no cesa…
Si sólo sus cuencas brillan…
¡Cuán oscura maravilla...!
Y la lluvia que no cesa
y tu cara sigue seca…
(a)
Junto a la fuente del parque
hay una mancha de sangre
nadie supo nadie sabe
pero ha cambiado la tarde
Junto a la diosa que vierte
aire de un cántaro hueco
se abrió un agujero de carne
en ese suelo reseco
Una cabeza vendada
un hombre en una camilla
aquí no ha pasado nada
flota en el aire un enigma
La gente sin darse cuenta
a punto está de pisarlo
el charco de sangre fresca
que apareció sin pensarlo
Y otros que al darse la vuelta
pisan el cárdeno agujero
desvían el paso a destiempo
y arrastran con el reguero
Bajo la diosa impasible
la fuente refleja el cielo
de un azul inmarcesible
junto a la herida del suelo
Alfonso D' Aquino, "Acantos/Enigma", Fractal nº 31, octubre-diciembre, 2003, año VIII, volumen VIII, pp. 39-46.