FUE UNA NOCHE
Fue una noche.
Vámonos a morir, dijo mi madre.
Me cogía con fuerza de la mano.
Yo la seguía dócil, bien unido
al amor y el vientre que me guiaban
a volver a nacer del dolor de mujer.
Caminamos al azar del viento
hacia la cantera siniestra,
por los campos preliminares del suicidio,
y nos exhortaba a hacerlo
el himno antiguo de las hierbas húmedas.
Ella no decía nada, jadeaba con ansia.
Poco a poco se enterneció la mano
y no tenía ni uñas ni sudor.
Se detuvo, y en un lugar extraño
donde la muerte ni estaba ni estaría,
me besó la frente; me pidió: perdóname,
y deshaciendo el camino de las estrellas
regresamos a casa.
(Llibre de les inauguracions-Libro de las inauguraciones,1986)
II
SI NO FUERA EN SECRETO
Nacer y morir, ¿cómo podrían
llegarme al corazón
si no fuera en secreto?
Ah, pero mi cuerpo,
hecho de embastes y agujas,
nunca salió de la madre dormida:
la mujer soñó que me expulsaba a los lobos,
yo sé que permanezco en el umbral del misterio.
(La taula i les estrelles-La mesa y las estrellas, 1992)
III
UN DÍA ESCRIBÍ
Un día escribí que hacer poesía
era como preguntar
a cada nombre qué otro nombre quería para sí: te llamas
añoranza, ¿no quisieras llamarte presentimiento o gusano?, la lluvia
es tu nombre, ¿quieres llamarte lágrima? De eso
hace ya mucho tiempo y los nombres no respondieron nunca,
debe ser que se lo pensaban.
Ahora es distinto, no lo escribiría.
Sé que ninguna cosa,
aun siendo la envidia permanente de otra,
al ser ella misma no puede desistir
de su esfuerzo esencial, no tiene respuesta, es
pura indecisión, sólo vacila. Y han pasado muchos años
y cada nombre se está muriendo junto al rescoldo
de su sentido primero e invariable.
Y pienso, ya de lejos,
que la poesía es hacer enmudecer
el labio de la tierra con la palabra justa.
(La cançó de la metamorfosi-La canción de la metamorfosis, 1995)
IV
No venimos al mundo
No venimos al mundo: resurgimos de él,
salimos de un manantial
sulfuroso entre musgos,
o de un matorral escarchado, o de las garras
del águila real, o bien de una nube
rasante y abstraída, ¡depende
de tantas cosas!
En cuanto al alma,
no lo sé. Podría
tratarse de una gota de sudor
de la frente de los padres
no secada entonces, que persistiera
desprendida, sola, en aquel acto efímero
de amor, sin darse cuenta
que se había acabado
hacía mucho tiempo.
(La cançó de la metamorfosi-La canción de la metamorfosis, 1995)
V
HAY UNA CANCIÓN
Hay una canción
bella y terrible
que mece la tierra.
Hace que se nos cierren los párpados cuando llega la noche,
hace que se nos separen cuando llega la madrugada.
Nadie la sabe pero todos la sienten,
no para nunca, fluye incansable
como la respiración, seguramente
es su principio bueno, también debe serlo
de la lluvia y el rayo, también de las cinco magias
que nos abren los sentidos. Remueve la luz,
enloquece las bóvedas y detiene las estrellas
en las niñas de los ojos para que podamos contarlas
desde aquí pacientemente, inútilmente.
Esa canción, bella y terrible,
yo tampoco la sé, pero la siento
en la cámara del corazón. Mi madre,
que sí que la sabía, se la llevó
con sus labios fríos y estrechos adonde ya no hacen falta
ni madres ni canciones. Sin embargo,
percibo su eco: por este rastro
tan flojo, por la indudable
y neta procedencia -como
una voz apagada que insistiera
tras la puerta gruesa de la muerte-
sé mi camino.
(La cançó de la metamorfosi-La canción de la metamorfosis, 1995)
VI
EL HOMBRE NO SE MUERE
El hombre no se muere,
lo matan,
y no se transforma, se precipita
por el orificio practicado en el cerebro,
el pez angelical, hijo de su madre.
Dios, Tú lo sabes, el hombre no se muere,
lo matan los soldados, las bacterias, los verdugos,
las máquinas, la asfixia y, si no son suficientes,
la energía suprema, la vejez.
Dicen, inexorables:
-¡saquémoslo de aquí, que se vaya a la fuente
con el cántaro rajado de la vida!-
Y todo es y será
conforme a la palabra: él encuentra la fuente,
se lo piensa, deja el cántaro,
se agacha (y no se ha muerto, lo han muerto
y Tú, Dios, ya lo sabías) y bebe
directamente con los labios.
(Demiúrgia-Demiurgia,1996)
VII
KOAN
Me llamo Màrius y nací, me ayudaron
legiones de demonios, entre los que estaban
mis padres, los últimos ancestros
y sin duda los más bellos. Aún los amo
y ellos me aman a mí, me consta: a pesar de estar muertos
me aconsejan y animan. Todo esto lo sé
porque habré de morir.
También a vosotros
os llamarán
por el nombre, uno a uno, y naceréis,
también os ayudarán
legiones de demonios, uno de los cuales seré yo.
(Demiúrgia-Demiurgia,1996)
VIII
ESTACIÓN
¡Tantas cosas
perdidas, cromos, cómics, cajitas,
estampas, divinidades, tantas y tantas
estrellas sin nombre ni posición,
y tantos pensamientos, allá arriba!
El uno, el garantizado, se me desmenuza
en los dedos; como una orden militar, admito que la vida
es tener que respirar. Ahora no, ahora reposo
en la serenidad de la familia muerta.
En la serenidad, quizás también de los colores
fugitivos, la tarde rojiza,
!oh viento perforado!, pájaros, grumos palpitantes
que seguramente regresan de las cámaras vacías
y cerradas, huevos sorbidos; en una curva viscosa
había habido el lecho que ocupaba el viajero.
Alzar los ojos, ver el cielo
es perderse por dentro. Siento el silbido
de partida, olor de humo. Estación e infancia
forman el ángulo de la perfección, de la desolación:
Dios no existe, sólo las migajas.
(Les imminències-Las inminencias, 2002)
IX
CARTEL EN LA PUERTA
No molesten, estoy ocupado
con mi orgasmo.
Del todo solo
en la hondonada, sólo
en colaboración
con la electricidad, el manantial
del pedregal, el chorreo
del demonio, ¡perfecto!
Deteneos. No
paséis la raya
del cielo. Tampoco
no hagáis ruido. Dejadme. ¡Es tan corta
la vida de una estrella!
(Jerarquies-Jerarquías, 2003)
X
SI DIOS TUVIERA CORAZÓN
Si Dios tuviera corazón,
sería el mío.
Y no tiene entrañas, no. Si las tiene
son las mías. La frente
se la puso mientras yo dormía
soñando ratas de alma. Y tampoco
no tiene nada de alma: usa mis dedos
cuando toco el piano.
Todo, todo me lo ha robado.
(Jerarquies-Jerarquías, 2003)
Traducciones de Carles Duarte