ESTHER SELIGSON
Cicatrices
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ESTHER SELIGSON Cicatrices
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in memoriam Simone Boué
En la memoria del cuerpo ¿habrán de terminar, una sobre otra, en una tumba única, las cicatrices de cuanto amante fue enterrado? Jugábamos a ver quién dejaba en el otro las cicatrices más abyectas. Toda penetración deja una cicatriz que a fuerza de entrega se va pudriendo. Por las cicatrices de la memoria se cuelan las heridas del olvido. En general los errantes contaminamos con el olor de nuestras Trasterrado: el que siembra en sus cicatrices de antaño heridas presentes y futuras que nunca cicatrizarán. Gracias a Adán y a Eva el Conocimiento es una cicatriz imborrable, insondable, insuturable... una philo-sophia, en suma. No son los recuerdos, el dolor, la alegría, quienes van tatuando en el rostro sus cicatrices, sino el misterio de la vida, su diario transcurrir. En la furia contra la madre nace nuestra primera cicatriz. En los celos hacia el padre, la segunda. Cioraniana: la cicatriz del nacimiento no tiene cura.
Qué hondas las grietas de la tierra, las simas de la vida, las cicatrices del tiempo. La primera cicatriz es la que provocamos en el cuerpo materno. En realidad es la única: sus labios sólo se cierran con su muerte. Por más lisitas que estén, el miedo también enchina a las cicatrices. Los sueños de Poder desbordan cualquier cicatriz, por metafísica que sea. Toda ciudad lleva en su trazo vestigios de alguna cicatriz infestada de patrióticos gusanos, larvas fanáticas, huevecillos purulentos de tantas texturas como ciudadanos la habitan. La cicatriz de Dios está en nuestra muerte. La cicatriz que el suicida le inflige a la vida borbotea pus eternamente. También podría hablar de la cicatriz que el artista se afana en ahondar, en cavar y esculpir en su propia carne. Lugar común: "las cicatrices que el amor deja en el alma". Canción de cuna: cría hijos y crearás cicatrices. Jabesiana: ¿y qué decir de las cicatrices que la escritura abre en la página blanca? Poco a poco, dicen, hila la vieja el copo; con las cicatrices, digo, de su juventud perdida. Dime dónde tienes tus cicatrices y te diré quién eres. Anda, sí, ve y consulta tu carta astral: conocerás tus cicatrices. La cicatriz más desesperada es la que se niega a reconciliarse consigo misma.
La vida es una interminable sucesión de heridas es decir de decisiones que a veces no cicatrizan, sobre todo cuando alguna se queda pendiente del "y si hubiera"... Las religiones nada tienen que ver con el diálogo íntimo entre lo humano y lo divino. En el cine apapacho mis cicatrices. El teatro quiero que me las abra en toda su magnitud. Hay amores que le descubren a uno cicatrices cuya existencia se ignoraba por completo. Traicionarse a uno mismo provoca heridas que jamás harán cicatriz. La cicatriz es a la culpa lo que la tumba al cuerpo expuesto. Ahí donde temes ser destruido y avasallado está tu cicatriz más sensible. Las heridas de un corazón mezquino no forman cicatrices. Cuenta el mito que al castrar Saturno a Urano tres gotas de su sangre dejaron tres cicatrices en la tierra: envidia, venganza y necedad. La costumbre de contraponer la eternidad de Dios a la infinitud del hombre. La palabra, dicen, es lo que nos distingue de los animales. En relación a los afectos en general, y al amor en particular, aún albergo una duda: ¿por qué si soy un ser de absolutos siempre termino por aceptar migajas? Rehúso acomodar mis heridas y apasionamientos en la cicatriz de la Indiferencia. ¿Por qué te tomas todo tan a pecho? Si como es arriba es abajo, nuestra imagen y semejanza divina es sencillamente la cicatriz que le quedó al UNO cuando, al contraerse en Su Vacío, generó a través del Dos y del Tres las "miriadas de creaturas y de formas". El monoteísmo es un malentendido. Es como pretender reducir la multiplicidad de nuestras heridas a una única cicatriz, queloide por añadidura, cuando que la perfección de ELUNOENSIMISMO no se pierde en el desbordamiento y despliegue de Su Creación. El silencio de Dios se vuelve tangible en cuanto se absorben las puntadas que suturan la cicatriz de Su Presencia. Se habla de "el sentido" de la vida. Sí, la dirección va siempre, como en los ríos, en el sentido en que fluyen las heridas hacia la oceánica cicatriz del perdón. ¿Para qué maquillas tus cicatrices si de cualquier modo su gruir te quita el sueño? ¿No serán las estrellas cicatrices de las lágrimas que Dios derrama ante el desastre de Su Creación? El sueño es ese vehículo providencial que nos permite circular por nuestras más recónditas cicatrices sin restricción alguna. Para las heridas que va sajando la cotidianeidad, reencarnación, karma, eternidad del alma, resultan promesas de cicatrización a demasiado largo plazo. La mediocridad es un páramo sin heridas ni cicatrices. Es más: ni siquiera genera espejismos. El melancólico repasa sus cicatrices como el piadoso las cuentas de su rosario. El camino de perfección transita por entre los 22 Arcanos Mayores, 22 senderos que van abriendo sus cicatrices como portales iniciáticos desde la duda oscura hacia la Luz. El Conocimiento sólo se transforma en Sabiduría cuando es experimentado, vivido en carne propia. Brujir: "igualar los bordes de un vidrio después de cortado con el diamante." Un hijo (a) es una herida que jamás cicatriza. Tendemos a concluir demasiado naturalmente que la cicatriz es el resultado de una herida, que ésta ha de resolverse en aquélla y sanseacabó.
Oigo cómo van cayendo las corolas ¿Qué sollozo secreto las ahoga? Cicatriz la belleza sin culminar Nada. Nadie. Navego hacia el final
Esther Seligson, "Cicatrices", Fractal n°13, abril-junio, 1999, año 3, volumen IV, pp. 103-111.
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